sábado, 29 de diciembre de 2012

Sirenas

Ayer dibujé un municipio de sombras,
mordí con las manos el insomnio
y bailé con la noche hasta dormirla.

Quería escoger mis pisadas
y recoger nidadas de quimeras
y anudar los giros de mi esmero

como almirante de agonías,
como un diligente milagro,
que con rigor germina.

Las velas de cera me conocen,
nadando entre cuartos oscuros,
subiendo escaleras sin techo.

Ayer dibujé los brazos del deseo,
mientras llovía una procesión de cristales,
en tanto que la hierba murmuraba.

¿Has soñado alguna vez
con la piel de las sirenas,
con un tacto candente que no agoste?

¿Con bordar las nubes con los ojos
que se niegan a dormir,
que ni ven, ni recuerdan?

Ayer arrugué mi piel
como si fuesen sábanas
porque echaba de menos el aire.

Y una espiral de humo
me condujo a los huecos, a las sombras,
para al fin reencontrarme.