sábado, 29 de diciembre de 2012

Sirenas

Ayer dibujé un municipio de sombras,
mordí con las manos el insomnio
y bailé con la noche hasta dormirla.

Quería escoger mis pisadas
y recoger nidadas de quimeras
y anudar los giros de mi esmero

como almirante de agonías,
como un diligente milagro,
que con rigor germina.

Las velas de cera me conocen,
nadando entre cuartos oscuros,
subiendo escaleras sin techo.

Ayer dibujé los brazos del deseo,
mientras llovía una procesión de cristales,
en tanto que la hierba murmuraba.

¿Has soñado alguna vez
con la piel de las sirenas,
con un tacto candente que no agoste?

¿Con bordar las nubes con los ojos
que se niegan a dormir,
que ni ven, ni recuerdan?

Ayer arrugué mi piel
como si fuesen sábanas
porque echaba de menos el aire.

Y una espiral de humo
me condujo a los huecos, a las sombras,
para al fin reencontrarme.


jueves, 20 de septiembre de 2012

De piedra

Estoy hecho de piedra,
pero tú juegas con el incluso
y me quiebras en astillas de abandono.

Estoy hecho de piedra
de esta breve terraza,
del agua afortunada que olvidaste.

Estoy hecho de piedra,
y bailas con el sol, y duermes con la lluvia,
y le das al viendo fuerza de desgaste.

Estoy deshecho de piedra,
o bien de arena templada
que acaricias con las manos.

Conozco el mar que empieza y no termina,
entiendo la nostalgia de un aroma,
sé que tras el dolor se siente menos.

Estoy hecho de piedra,
ligera como tu pelo, bruñida como tus ojos,
cada vez más igual a tu piel clara.

Y es que igual es simplemente
que me quedo de piedra,
pero aún me queda alma.

martes, 11 de septiembre de 2012

Saludo

Trazo con la vista tus rizos,
y se me cierra en la voz una ventana,
y la caricia se vuelve humanamente necesaria.

Mi paz nace en las armas de tus ojos,
en un principio de bucle infinito,
en mi memoria sitiada en tu sonrisa.

Trazo a trazo a la vez te admiro
y a la vez me consume
este disfraz cruel de tu silencio.

¿Quién actuaría mejor de mí
que yo mismo?

Nunca haré de ti mi caída
nunca de tu sonrisa un beso
o viceversa.

Mas no descifrarás de mi tono
cuánto se puede morir en el deseo
y cuánto se puede querer en un saludo.

miércoles, 29 de agosto de 2012

No me impone

No me impone tu voz,
mortalmente cercana,
azulada, alta, fortuita.

No me impone tu fuego carnal,
tu misterio indefinible,
o la tensión del arco de tus labios.

No me impone el trigo nuevo,
trigo verde, clima de tus ojos,
ni la mirada que crepita en tus pupilas.

No me impones,
deliciosamente no me impones,
pero te estás haciendo vela en la palabra.

Y toda tú sabe ser punzada de recuerdo,
o incansable pólvora en el pecho,
o amor largamente inconcluso.

Y yo ya no soy de pan tierno,
pero aún siento, querida,
y sé de qué estás hecha.

Así que no olvides que busco como un perro,
insaciablemente existiendo.

Así que no olvides que te quiero,
más allá del mundo y de tu cuerpo.


lunes, 20 de agosto de 2012

La cuesta

Tu voz te enclava, te enumera,
te destina a una celda armada con cifras.

Tu voz segura de sí, cierta de mí, 
ave delgada, sierra tranquila.

Pero tu piel; piel de cacao,
mazorca enamorable, vapor sutil.

Pero tu piel es verbo de caricia,
fin del mundo, comienzo de mis manos.

Tu voz te define y te detalla,
ya que la vista goza en la mentira.

Y la tierra auténtica, de llano seco y polvoriento,
no podría besarte las raíces.

Pero tu piel, caña de azúcar, libertad,
calor de valor incalculable.

Pero tu piel ligera, evaporable,
juega con el olvido necesario.

Porque tu piel es a mis ojos
lo que a una mano fría una hoguera.